La Fundación Luis Seoane fue creada en 1996 a instancias del Ayuntamiento de A Coruña. La viuda del artista, María Elvira Fernández López, y con el fin de constituir un espacio enfocado hacia el estudio de la obra de Seoane, realizó entonces la donación del archivo epistolar y documental. Y un importantísimo legado artístico compuesto por más de dos centenares de óleos, toda la obra gráfica editada por Seoane, así como más de un millar de dibujos, bocetos y primeras ediciones realizadas por el artista entre el exilio bonaerense y sus estadías en Galicia.
Si bien Luis Seoane nació en Buenos Aires en 1910, y su familia era originaria de Arca (población cercana a Santiago de Compostela); A Coruña fue la ciudad en la que se establecieron sus padres con sus tres hijos a su retorno de la emigración Argentina, en 1916. Y en la que el intelectual, una vez terminado los estudios de Derecho en la Universidad de Santiago, inició su actividad laboral como abogado. Es también la ciudad en la que vivió, hasta su marcha al exilio con Seoane, María Elvira Fernández López, conocida para todos como “Maruxa Seoane”. Y A Coruña fue, finalmente, la ciudad a la que el matrimonio regresaba a partir de la década de los años sesenta, con regularidad; ya que habían adquirido un apartamento luminoso frente al mar del Orzán, en el que fallecería Seoane en 1979.
A partir de entonces, Maruxa fue una embajadora del legado de Seoane, a través del cual se explica la construcción de la cultura contemporánea de Galicia, ejecutada en gran parte en el exilio. Y que aparece recogida en el fondo documental que ella misma había ayudado a construir con el artista. Este legado da sentido a la constitución de esta Fundación y es el material sobre el que se diseñaron sus fines primordiales, tal y como figura en el Artículo 6, punto primero de sus estatutos: “fomento del estudio y difusión del conjunto de la obra y personalidad de Luis Seoane, archivo y divulgación de la misma, tanto en los aspectos artísticos como intelectuales, de diseño y sociales, políticos o biográficos; enfocando estas cuestiones ya desde una perspectiva teórica y de pensamiento, ya desde los ámbitos de la creatividad y de la socio-cultural”.
De esta idea derivan los demás fines de la Fundación que recogen lo que se conoce como el “universo Seoane”. Y que se articula a través de la preocupación y el trabajo en el ámbito de la plástica y el pensamiento que el intelectual ejecutó de forma sistemática. La Fundación combina su labor como centro de divulgación y conservación de la obra de Seoane con la producción propia de proyectos expositivos, editoriales, ciclos de conferencias y encuentros de análisis vinculados a estructura de la sociedad actual.
El postulado de Seoane, acerca de la Integración de las Artes, es el instrumento imprescindible para que el diseño, las artes plásticas, la arquitectura, el audiovisual, las artes escénicas o la creación literaria hibriden en proyectos que analizan el conjunto de la creación contemporánea. Y divulgan su obra facetada empleando los mismos campos sobre los que actuó. La Fundación, a través de su programación anual y exposición permanente, aborda el carácter orgánico de su legado así como su preocupación por visibilizar la identidad cultural de Galicia poniéndola en relación con el ámbito nacional e internacional.
El programa didáctico y los congresos de educación artística diseñados por la Fundación y la Universidad de A Coruña, son también un eje de acción que permite trabajar en el acercamiento a nuevas audiencias, así como servir de contenidos a la comunidad educativa. Por último, el apoyo a jóvenes creadores, a través de un programa de becas de investigación y convenios de itinerancias con centros de arte y divulgación socio-cultural avanzan en completar el articulado de los fines para los que fue creada esta Fundación.
El edificio
Desde el año 2003, la Fundación está albergada en un edificio proyectado por los arquitectos Covadonga Carrasco y Juan Creus, a instancias del Ayuntamiento de A Coruña. Es una construcción levantada sobre lo que se conocía como el Cuartel de Macanaz y del que sólo se conserva el patio de armas. Este espacio abierto al aire libre actúa como núcleo alrededor del cual se levantaron tanto las salas de exposiciones, auditorio, biblioteca, archivo y dependencias administrativas. Y es también una de las enseñas por la que se identifica la Fundación.
El cerramiento del edificio evoca la estructura de un hórreo gigante con celosía acristalada que le confiere un aspecto ligero y accesible. El inmueble se levanta en las lindes de la Ciudad Vieja de A Coruña. Y tanto su dimensión, estructura y cerramiento están planteados en armonía con su entorno, de forma que es un ejemplo de inserción de edificio de nueva planta en un espacio histórico.
1200 metros cuadrados que se distribuyen en dos salas de exposiciones y auditorio en planta baja; sala de exposición permanente y dos salas de exposiciones temporales en el primer piso y la biblioteca en un segundo nivel.