Pepe Galán afronta el reto de proyectar una pieza específica para el patio de la Fundación Luis Seoane, un espacio arquitectónico que alberga el legado de uno de los creadores gallegos más importantes del siglo XX. Tras su retrospectiva en el Kiosko Alfonso en 2010, Galán hace pública de nuevo su preocupación por los temas que afectan a las sociedades actuales, una responsabilidad que se destila en su escultura a través de la formalización del encuentro entre lo vacío y lo lleno, lo abierto y lo cerrado, la memoria y la historia. La instalación que se presenta en la Fundación Luis Seoane forma parte del proyecto A volta dunha ausencia, que se podrá ver hasta el 20 de mayo en el Centro Torrente Ballester de Ferrol, y que llevará la producción reciente del artista coruñés a diferentes espacios del país.
Con esta intervención, Galán expresa la preocupación de los artistas visuales por afrontar su profesionalización y su dignidad como creadores y trabajadores el arte a través del efecto simbólico del fuego. El fuego como elemento evocador de lo mágico con capacidad purificadora, que chamusca lo viejo para dar paso a lo nuevo, neutralizando los malos augurios. Estos conceptos se amplifican en el espacio elegido para la instalación: las aperturas ocasionales a la luz natural del patio de la Fundación, enmarcadas en granito y cristal, invitan a integrar arquitectura y escultura para modular, junto a otros elementos no matéricos pero aglutinantes como el humo y la luminotecnia, un corpus en volumen habitable. Una gran llamarada virtual de hierro esculpido. Estructuras amontonadas alrededor de un mástil llamado a transformar las políticas culturales que afectan a los productores de arte. La luz intensa de los faroles se reflejará en los cuatro muros invadiendo el perímetro del claustro sin concesión, con la sensación de estar anidando en el color incandescente de las llamas, un todo integrador donde el granito, el cristal, el hierro y el humo permanecen soldados por el potente efecto de la luz roja de los LED.
El proyecto A volta dunha ausencia, iniciativa del propio artista, es una invitación a conocer los artefactos que surgen de su taller tras una especie de parada técnica, iniciada en 2010, un ciclo de muestras en diferentes espacios del país después de unos años de paréntesis en los que Galán interrumpió la producción material de obra pero en los que no dejó de aprender y discurrir, como ya había hecho con Burla Negra y Nunca Máis tras la herida del Prestige. Entre los anos y 2016, Galán realiza la instalación Mulleres muro en el marco del Proxecto Cárcere; la intervención Carga de dignidade, en colaboración con colectivos de trabajadores y ciudadanos en la reja del astillero de Navantia en Ferrol, así como pequeñas intervenciones en el espacio público como homenaje a los refugiados o el proyecto y taller sobre Isidro Brocos en el Museo de Belas Artes da Coruña.