La pintura de Xabier Correa Corredoira (A Coruña, 1952) protagoniza la primera gran exposición de 2017 en la Fundación Luis Seoane a través de una retrospectiva que, por vez primera, abarca su producción pictórica, lo que permitirá mostrar al público casi un centenar de obras de un artista fundamental para comprender el desarrollo de la cultura y del arte en Galicia y, más concretamente, en su ciudad natal.
El título de la exposición, Correa Corredoira. Os días pintados, contiene una doble referencia: por un lado, destaca el carácter autobiográfico de la obra del artista, a través de la que es posible rastrear los acontecimientos clave de su vida, así como la evolución de sus principales influencias culturales; por otro, establece una conexión con la exposición Correa Corredoira. Os días gravados, organizada por la Fundación Luis Seoane en los años noventa. En aquel momento, al igual que ahora, la elección de Correa Corredoira para protagonizar una muestra monográfica en la Fundación no fue casual, ya que, como explica el comisario de Os días pintados, David Barro, “Correa Corredoira es un artista fundamental del arte gallego de las últimas décadas. Su labor en el colectivo A Galga, en la galería Gruporzán o en Atlántica es absolutamente clave para comprender el arte y la cultura desarrollados en Galicia”.
Es por esto que, gracias a esta muestra, el espectador se introducirá no sólo en el universo de un artista primordial en la historia del arte gallego de la segunda mitad del siglo XX, sino que, además, asistirá a la evolución de su trayectoria creativa. En la selección de obra realizada por David Barro y el propio Correa Corredoira, están presentes sus imágenes y temas más icónicos: la maternidad, el erotismo, los mitos clásicos, el viaje que realiza a México en el año 1979, los paisajes, el mar, las crucifixiones o sus célebres boxeadores.
Os días pintados descubre la obra de un creador libre e independiente, de una figuración pictórica que tiene sus pilares en la relación del cuerpo con el espacio o en el dominio del color, y que se nutre de las muchas afinidades de la vasta cultura del artista: Picasso, Nietzsche, Giacometti, Rembrandt, Bacon, García Lorca, Beckett, los mitos clásicos… En definitiva, la obra, en palabras del crítico Xavier Seoane, de un “romántico en sentido estricto”, comprometido con la creación.