La relación de los autores con sus espacios de creación siempre ha fascinado a los estudiosos de la literatura y la estética, sobre todo si tenemos en cuenta que el lugar en el que se escribe una obra influye significativamente en su ritmo, en su estructura y en su contenido. Partiendo de esta idea nace la exposición Cabañas para pensar, un proyecto de Eduardo Outeiro comisariado por Alfredo Olmedo y Alberto Ruiz de Samaniego. A través de las cabañas de once creadores fundamentales de la modernidad, se desarrolla una investigación que ahonda y pone de manifiesto la importancia de la organización del espacio durante el acto de creación. En ese caso, el entorno escogido por todos ellos se reduce, en apariencia solamente, a la mínima expresión arquitectónica, inmersa en la mayoría de los casos en una naturaleza a veces exhuberante, otras agreste y minimalista.
Cabañas para pensar analiza una serie de ejemplos de arquitecturas íntimas y esenciales a través de un conjunto de fotografías, de planos arquitectónicos, maquetas y documentación diversa, como por ejemplo los herbarios de cada uno de los lugares en los que están situadas estas construcciones. La exposición plantea un estudio de la relación existente entre la intimidad escogida y los procesos creativos de los filósofos Ludwig Wittgenstein y Martin Heidegger, los compositores Edvard Grieg y Gustav Mahler, el dramaturgo August Strindberg, los escritores Knut Hamsun, George Bernard Shaw y Virginia Woolf, el poeta Dylan Thomas, el cineasta Derek Jarman, y, por último, el explorador y escritor Thomas Edward Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia.